martes, 24 de diciembre de 2024

RECUPEREMOS LAS TRADICIONES DANZARÍAS DE NAVIDAD EN COLOMBIA

Por: Trinidad Pacheco Bayona.

En las noches mágicas de diciembre Colombia solía vibrar al compás de las danzas navideñas un reflejo de nuestra diversidad cultural y el profundo arraigo de las celebraciones comunitarias. Estas expresiones artísticas no eran solo entretenimiento, sino un lenguaje vivo que conectaba generaciones, transmitiendo historias, valores y alegría en cada movimiento. Sin embargo, en los últimos años, hemos sido testigos de una preocupante disminución en estas prácticas. ¿Por qué están desapareciendo nuestras danzas navideñas?

En gran medida la modernización y globalización han tenido un impacto significativo. Las nuevas generaciones, influenciadas por la tecnología y las tendencias globales están perdiendo el interés por las tradiciones locales. Ahora, en lugar de reunirse en las plazas para bailar bambucos, cumbias o joropos alusivos a la Navidad, es más común ver a los jóvenes absortos en sus dispositivos electrónicos o participando en celebraciones desvinculadas de nuestras raíces culturales.

También debemos reconocer que el apoyo institucional a estas manifestaciones ha sido limitado. Las escuelas y casas de cultura, que solían ser semilleros de estas tradiciones, han reducido sus programas culturales en favor de otras prioridades. Sin una enseñanza activa, las danzas navideñas quedan relegadas al olvido.

La comercialización de la Navidad también ha jugado su papel. Las grandes cadenas y los eventos masivos se enfocan en espectáculos modernos y en la promoción del consumo, dejando poco espacio para las representaciones tradicionales que celebraban el nacimiento del Niño Dios a través de coreografías llenas de simbolismo y fe.

¿Qué podemos hacer para evitar que estas danzas desaparezcan por completo? Primero, es fundamental generar conciencia sobre la importancia de preservar nuestras tradiciones como parte de nuestra identidad. Esto implica incluirlas en los programas educativos, incentivando a los niños y jóvenes a aprender y valorar estas expresiones.

Además, las autoridades locales pueden desempeñar un papel clave al promover festivales y concursos de danzas navideñas. Estos eventos no solo revitalizarían las tradiciones, sino que también podrían convertirse en atractivos turísticos, beneficiando a las comunidades.

Finalmente, como ciudadanos debemos asumir la responsabilidad de transmitir estas tradiciones a nuestras familias. Enseñar un paso de cumbia o un ritmo de bambuco navideño en las reuniones decembrinas puede marcar la diferencia entre el olvido y la continuidad.

Las danzas navideñas son más que movimientos, son el alma de nuestra Navidad, un espejo de nuestra historia y una celebración de nuestra diversidad. Recuperarlas es un acto de amor por Colombia y por las generaciones que vendrán. No dejemos que el brillo fugaz de lo moderno apague la luz eterna de nuestras tradiciones.

 

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