miércoles, 30 de octubre de 2024

OCAÑA, UNA CIUDAD CON POTENCIAL ARTÍSTICA Y EN PAUSA.

Por: Trinidad Pacheco Bayona.
En un país donde las ciudades comienzan a prosperar gracias a programas de estímulos municipales y alianzas con organizaciones culturales, la situación de Ocaña se torna lamentablemente opuesta. Nuestra ciudad sigue atrapada en un ciclo de estancamiento artístico, debido a una falta de visión y planificación que pone en jaque cualquier posibilidad de desarrollo cultural.

La administración municipal, en lugar de ser un catalizador para el arte y la cultura, se ha convertido en un obstáculo. Se cuenta con un Consejo de Cultura, cuyo propósito es asesorar y proponer planes para fortalecer la vida cultural de Ocaña; sin embargo, su falta de convocatoria demuestra la desatención y el desinterés en avanzar con políticas culturales sólidas. Es un órgano que debería ser el núcleo de la vida artística en Ocaña, pero su inacción refleja la falta de liderazgo y de una estrategia que impulse a los artistas y a las comunidades culturales de nuestra región.

A medida que se acercan las festividades de fin de año y los carnavales, reina la incertidumbre en el sector cultural. Muchos recuerdan con desánimo el año pasado, cuando el alcalde convocó a algunos artistas solo para escuchar sus ideas, pero sin ofrecerles el reconocimiento o apoyo debido. La paciencia de nuestra comunidad artística no es infinita y, ante esta falta de compromiso, está comenzando a agotarse.

Es momento de que la administración municipal despierte al potencial cultural de Ocaña. El arte y la cultura no son un lujo, sino una necesidad que fortalece el tejido social y ofrece a los ciudadanos una plataforma de expresión y crecimiento. Nuestra ciudad necesita y merece un renacer cultural; uno donde nuestros artistas sean valorados y apoyados, donde exista una programación coherente y donde los eventos festivos no se limiten a soluciones improvisadas y superficiales.

Ocaña tiene el talento y la creatividad. Ahora, es tarea de la administración brindarle las herramientas y el respaldo necesarios para que florezca.

viernes, 25 de octubre de 2024

LA EXPRESIÓN CORPORAL Y LA DANZA INTERDISCIPLINARIA, UN CAMPO DE CREATIVIDAD Y TRANSFORMACIÓN

Por: Trinidad Pacheco Bayona. 

La expresión corporal y la danza interdisciplinarias han evolucionado en los últimos años para convertirse en un espacio fértil de exploración artística y cultural. Este enfoque innovador no se limita a la danza en su forma tradicional, sino que la conecta con otras disciplinas como la música, el teatro, la pintura, la literatura y la tecnología. Esta fusión de lenguajes artísticos enriquece las posibilidades de la danza, permitiendo a los artistas experimentar con nuevas formas, estructuras y creando experiencia. En el corazón de esta transformación se encuentra la búsqueda de una conexión más intensa entre el cuerpo, el espacio y la tecnología, al igual que con otros elementos de la cultura visual y sonora. La danza interdisciplinaria permite que el cuerpo sea un vehículo expresivo que absorba y proyecte la influencia de múltiples disciplinas, produciendo un lenguaje único y enriquecido. Los artistas de este campo combinan, por ejemplo, la teatralidad y el dramatismo del teatro con el dinamismo del movimiento corporal; integran la pintura a través de instalaciones visuales, proyectadas o en tiempo real, que interactúan con los bailarines; o incorporan elementos literarios para contar historias o comunicar emociones profundas. La tecnología juega un papel crucial en esta transformación, y su incorporación ha abierto un sinfín de opciones creativas. Desde proyecciones visuales que dialogan con el movimiento corporal hasta el uso de sensores que capturan el ritmo y la intensidad del baile en tiempo real, la tecnología en la danza interdisciplinaria redefine el espacio escénico y permite interacciones hasta hace poco inimaginables. Por ejemplo, en algunas producciones los bailarines pueden "pintar" el escenario a medida que se mueven, con sensores de movimiento que generan formas, luces y colores que acompañan la danza, ampliando la experiencia sensorial para el espectador. El trabajo colaborativo entre bailarines, coreógrafos, músicos, actores, pintores, escritores y tecnólogos fomenta la creación de obras que no solo capturan la atención, sino que también estimulan una respuesta emocional profunda en la audiencia. Estas experiencias integradas no solo entretienen, sino que también pueden reflejar temas sociales, políticos y culturales. La interdisciplinariedad permite que la danza contemporánea aborde temas como la identidad, el cambio climático, la migración y la desigualdad social, usando el cuerpo y el escenario. Además, la naturaleza dinámica de la danza interdisciplinaria hace que se mezcle profundamente con audiencias diversas y fomenta una participación activa y conectada consciente. Las experiencias escénicas interdisciplinarias suelen estimular la imaginación y la sensibilidad del espectador, invitándolos a sumergirse en el entorno creado y encontrar su propio significado en la obra. Al romper las fronteras tradicionales, estas creaciones se vuelven accesibles para públicos de todas las edades y contextos, promoviendo una apreciación artística. En definitiva, la danza interdisciplinaria representa un espacio innovador y vibrante que amplía los horizontes de la expresión artística y nos recuerda el poder transformador del arte en todas sus formas. A medida que los artistas siguen experimentando y explorando, este campo para continuar evolucionando, creando obras que no solo desafían las percepciones tradicionales, sino que también nos invitan a reflexionar, a emocionarnos ya conectarnos con los demás y con nuestro entorno de manera fantástica

miércoles, 9 de octubre de 2024

Lo Inconsciente en la Creación Coreográfica de las Danzas Folclóricas en Colombia: Casos de Estudio

Por: Trinidad Pacheco Bayona.

Las danzas folclóricas de Colombia son un reflejo profundo de la identidad cultural del país, una fusión de influencias indígenas, africanas y europeas que se han entrelazado a lo largo de los siglos. Sin embargo, más allá de ser solo una manifestación cultural, estas danzas son también un medio a través del cual los bailarines y coreógrafos canalizan elementos inconscientes: memorias colectivas, emociones profundas y vivencias que trascienden lo racional. La creación coreográfica dentro de este contexto se convierte en un espacio en el que lo inconsciente aflora, tejiéndose a través de la tradición y la expresión corporal.

A través del análisis de casos específicos en distintas regiones de Colombia, se puede observar cómo lo inconsciente juega un papel fundamental en la formación de las danzas folclóricas, transformando el cuerpo en un vehículo de expresión simbólica y emocional que conecta al individuo con la danza

La danza folclórica en Colombia, aunque está estructurada en coreografías tradicionales, no puede ser reducida solo a una serie de movimientos preestablecidos. La conexión entre el bailarín y las emociones, historias y símbolos colectivos que representan estas danzas es fundamental. Estas expresiones, muchas veces emergen de capas inconscientes de la psique que resuenan con la memoria cultural de generaciones pasadas.

En muchas comunidades la danza no es vista solo como entretenimiento, sino como una forma de conexión con lo ancestral lo espiritual y lo emocional. Las emociones que no se expresan de manera directa a través del lenguaje se manifiestan en el cuerpo en movimiento, lo que sugiere que al igual que en otras formas de creación artística lo inconsciente juega un papel crucial en la creación.

Uno de los ejemplos más representativos de la danza folclórica colombiana es la cumbia. El uso de velas en la coreografía tradicional llevadas por las mujeres, no solo tiene una función estética, sino que también simboliza una conexión con lo ancestral y espiritual. Esta imagen evoca una danza primitiva una conexión con la naturaleza y los elementos que emergen desde lo inconsciente colectivo. Los movimientos circulares y las posturas bajas característicos de la cumbia, recuerdan ceremonias antiguas en las que lo místico y lo emocional eran una parte integral del ritual.

Los coreógrafos que trabajan con la cumbia no solo buscan recrear una forma "correcta" de la danza, sino que muchas veces animan a los bailarines a conectarse con sus raíces y emociones más profundas dejando que los movimientos fluyan de manera natural, guiados por una memoria colectiva que muchas veces opera a nivel inconsciente. En este proceso los bailarines se convierten en portadores de una historia que se transmite no solo a través de la técnica sino a través de la energía.

La coreografía del Bambuco evoca sentimientos de nostalgia, amor y anhelo, emociones que, aunque no siempre son expresadas de manera consciente por los bailarines emergen en cada gesto. El uso de pañuelos, los movimientos suaves de las piernas y los giros pausados ​​son reflejo de una introspección y conexión con las montañas y la naturaleza que los rodea. Esta introspección tiene raíces inconscientes donde el paisaje, las tradiciones y los rituales religiosos de la región andina moldean el cuerpo y la danza.

El Bambuco también se ha vinculado a las emociones inconscientes asociadas con el sentido de pertenencia y el amor por la patria. En los momentos de celebración o resistencia política, la danza del Bambuco ha servido como un medio para expresar los sentimientos de identidad nacional, sin necesidad de que estos sean articulados de manera racional. La repetición de ciertos patrones de movimiento, transmitidas de generación en generación, mantiene viva esa conexión emocional inconsciente con la historia y la geografía.

El Sanjuanero, al igual que otras danzas tradicionales es una expresión de lo colectivo y lo inconsciente emerge cuando los bailarines interpretan estos movimientos no solo como pasos técnicos, sino como una forma de canalizar sus emociones y sentimientos de pertenencia. La alegría que se siente en la danza es un reflejo de un orgullo regional que muchas veces no se expresa verbalmente pero que está profundamente arraigado en el inconsciente colectivo de los habitantes del Huila.

La coreografía del mapalé, a pesar de tener una estructura repetitiva, permite a los bailarines expresar emociones intensas que a menudo no pueden ser verbalizadas. La fuerza física y el ritmo incesante de la danza evocan estados de trance en los que los bailarines parecen perder la noción de lo racional y se entregan a un impulso primitivo, guiado por el inconsciente. Los movimientos del cuerpo en esta danza, no responden a una lógica preestablecida, sino a una energía que fluye desde lo más profundo, recordando la lucha por la supervivencia y la libertad. Si bien muchas danzas folclóricas colombianas tienen estructuras coreográficas tradicionales, en varias de ellas la improvisación juega un papel esencial en la manifestación de lo inconsciente.

La danza folclórica en Colombia es más que un conjunto de coreografías tradicionales. Es una manifestación del inconsciente colectivo una forma en la que emociones historias y memorias que no pueden ser articuladas de manera consciente encuentran una vía de expresión a través del movimiento. A través de casos como la cumbia, el Sanjuanero huilense, se puede ver cómo lo inconsciente emerge no solo en la creación coreográfica, sino en la ejecución misma

En última instancia la danza folclórica colombiana es una celebración del cuerpo y del espíritu, un espacio donde lo racional y lo irracional se encuentran, permitiendo que lo más profundo de la identidad individual y colectiva se manifieste.

UNA SOLA DANZA NO REPRESENTA A TODO NORTE DE SANTANDER

Por: Trinidad Pacheco Bayona. Hablar de una identidad cultural única en Norte de Santander es un error tan común como preocupante. Este depa...