martes, 20 de agosto de 2024

La Educación Artística en Ocaña


Un Pilar Esencial para el Progreso Social y Cultural en Nuestro Municipio.

Por: Trinidad Pacheco Bayona.

En el contexto de nuestro municipio, donde las políticas públicas han dejado de lado a la educación artística, es urgente repensar el sentido y el papel que esta debe tener en la actualidad. Lejos de ser un lujo o una asignatura secundaria, la educación artística debe ser entendida como una herramienta vital para abordar los desafíos sociales y culturales de nuestro tiempo.

Vivimos en una era donde los problemas globales como la desigualdad social, la discriminación la violencia y la crisis ambiental, se reflejan con fuerza en las dinámicas locales. La educación artística cuando se aplica con propósito, puede contribuir significativamente a la solución de estos problemas. A través del arte se pueden fomentar valores de respeto, inclusión, empatía y conciencia crítica. Los espacios creativos permiten a las personas, especialmente a los jóvenes explorar su identidad, expresar sus inquietudes y encontrar nuevas formas de relacionarse con su entorno y con los demás.

En nuestro municipio, la falta de inversión en la educación artística refleja una visión limitada del potencial que tiene esta disciplina para transformar la sociedad. No se trata solo de formar artistas, sino de cultivar ciudadanos conscientes, capaces de pensar críticamente y de contribuir activamente al bienestar colectivo. En un contexto donde la violencia, la falta de oportunidades y la exclusión social son desafíos cotidianos, el arte se erige como una vía poderosa para canalizar la energía juvenil hacia la construcción de una comunidad más justa y cohesionada.

En lugar de marginar la educación artística, la administración municipal debería apostar por integrarla de manera transversal en las políticas educativas y culturales. Esto implicaría no solo aumentar los recursos para la enseñanza del arte, sino también desarrollar programas que vinculen directamente la práctica artística con la solución de problemas locales. Por ejemplo, proyectos comunitarios que involucren a los jóvenes en la creación de murales que reflejen la identidad del municipio, talleres de teatro que promuevan el diálogo sobre temas sociales, o iniciativas de arte público que embellezcan y revitalicen los espacios urbanos.

Es crucial comprender que la educación artística no es un gasto, sino una inversión en el futuro de nuestro municipio. Un municipio que fomenta la creatividad, la sensibilidad y la expresión artística es un municipio que se prepara para enfrentar los desafíos del siglo XXI con una ciudadanía más comprometida y consciente.

En conclusión, la educación artística debe ocupar un lugar central en la agenda municipal. Solo a través de una educación que incluya el arte como herramienta transformadora podremos aspirar a construir una sociedad más equitativa, inclusiva y vibrante. Es hora de que la administración municipal deje de ver el arte como un lujo y lo reconozca como lo que realmente es: una necesidad urgente y un motor de cambio social.

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